Los hilos del destino: Capítulo 12
Buenos días.
Ya llegamos al capítulo 12 de Los hilos del destino. Acabo de descubrir que no se alargará mucho. Igualmente, sabéis que va sobre la marcha :D
Gracias a todas las que lo estáis siguiendo (hablo en femenino por mayoría, pero no os discrimino, hombres).
En
cuanto entraron por la puerta de casa, los recibió una Lola entusiasmada. Había
pasado por la peluquería a cortarse el pelo dejando el color teñido de toda su
vida solo en las puntas. En un mes más tendría el cabello totalmente grisáceo.
Dani entendía la desgana de su tía a volver a teñirse y arreglarse. A pesar de
que estaba mucho más animada desde que Miriam vivía con ellos, algunas cosas,
nunca volverían a ser como antes.
⸺¿Cómo
estás, hija? ⸺le preguntó Lola yendo a su encuentro.
⸺Todo
marcha bien.
⸺¿Y
te han dicho qué será? ¿Niño o niña?
⸺Tendremos
una niña.
Lola
se lanzó a abrazarla con lágrimas en los ojos. Su felicidad se mezclaba con la
tristeza. A Dani le gustó el uso de la conjugación verbal «tendremos», pues
significaba que quería que, tanto su tía como él, formaran parte de aquella
aventura que era traer a un bebé al mundo y criarlo.
⸺Tenemos
que decidir los nombres ⸺comentó Dani sonriendo.
⸺¿Te
gusta alguno en particular? ⸺quiso saber Lola mientras caminaban hacia el
salón.
⸺Podemos
ir diciendo nombres y elegir el que más nos guste a todos ⸺dijo Miriam
sentándose en el sillón.
⸺Tienes
que decidirlo tú ⸺contestó Lola⸺. Podemos darte sugerencias, pero lo mejor es
que sea su mamá quién tenga la última palabra.
⸺¿Qué
tal Daniela? ⸺soltó él riendo.
⸺Bastante
tenemos con un Dani ⸺le respondió su tía al tiempo que le daba una palmada en
la espalda como regañina.
⸺Era
una broma. A ver… Sara, Susi, Sonia, Susana…
⸺¿Solo
sabes nombres que empiezan por «s»? ⸺Esta vez la palmada se la dio Miriam.
⸺Puedes
ponerle tu nombre o el de tu madre ⸺sugirió Lola.
⸺No,
prefiero que tenga un nombre único en la familia.
⸺Esa
idea es fantástica. Es un enredo cuando, por ejemplo, la abuela es María, la
hija María y la nieta también María.
⸺Siempre
puedes llamarlas Maruja, Mari y María ⸺replicó Miriam riendo ya que conocía ese
caso.
⸺No
hay por qué decidirlo hoy ⸺dijo Dani. Se sentó junto a Miriam y le tomó la mano
con naturalidad.
Lola
advirtió ese detalle de inmediato. Dani y Miriam se estaban haciendo rápidamente
muy cercanos. Lamentó que no fuera su hijo el que la tomara de la mano, no
obstante, era mejor que fuera Dani a un desconocido que se la llevaría lejos de
ellos.
⸺Si
quieres, este sábado te puedo llevar a ver tiendas de bebés ⸺se ofreció Dani.
⸺Sería
fantástico. ¿Quieres venir, Lola?
⸺Id
vosotros a ver cosas y más adelante iré yo. Cuando sepas lo que quieres, será
un gusto regalarte un montón de cosas.
⸺Vale,
le diré a mi madre también.
Habían
pasado varios meses y los cambios se hacían notables. La barriga, de siete
meses, de Miriam había crecido mucho y los mareos también. Dani quería que
dejara de trabajar, pero ella se negó en redondo. Trabajaría hasta el final.
También
habían decidido el nombre de la niña: Noelia. Como a la madre de la criatura le
gustaban varios y no lograba decidirse, optaron por sortearlo. Lola disfrutó
mucho de ese juego que sería tan importante en la vida de la pequeña.
La
primera vez que Dani sintió al bebé moverse en el interior de Miriam, se
emocionó como un niño en el día de Reyes. Era increíble y extraño a la vez sentir
ese movimiento y saber que era Noelia diciéndoles: prepararos que aquí estoy.
Miriam por su parte se echó a llorar al igual que Lola.
La
habitación del bebé cada día tenía una cosa nueva. Aunque Miriam había decidido
que Noelia dormiría en su habitación hasta el primer año.
Esa
tarde, Dani llegó cansado, pero optimista de la oficina. Al fin los socios le
estaban dando su lugar. Su tía se alegraría sobremanera. Dejó la chaqueta del
traje sobre el respaldo del sillón sabiendo que sería regañado como no la
quitara antes de que su tía se diera cuenta. Miriam no estaba en el salón y
supuso que se encontraría en la habitación de Noelia. Últimamente siempre la
encontraba allí.
Cuando
entró la vio montando la minicuna. Se encontraba agachada con la barriga casi
tocando el suelo mientras batallaba con una varilla.
⸺¿Por
qué no has esperado a que yo llegara? ⸺le reclamó acercándose a ella.
Miriam
alzó la cabeza al escucharle. El movimiento brusco le hizo perder el equilibrio.
La varilla saltó por los aires mientras agitaba los brazos para no caer hacia
atrás. Dani, fue raudo a colocarse tras ella y la espalda de Miriam dio contra
el pecho de él que alargó sus brazos para rodearla y sujetarla bien. Ambos quedaron sentados en el suelo.
⸺Gracias
⸺le dijo volviendo la cabeza para mirarle.
⸺No
deberías hacer estas cosas tú sola. ¡Ten más cuidado!
Dani
fue a ponerla en pie, pero el rostro de Miriam estaba demasiado cerca del suyo.
Lo miraba con una mezcla de sorpresa y pánico. Ambos se quedaron un
interminable minuto sosteniéndose la mirada. Dani la bajó a sus labios casi sin
darse cuenta. Ella los lamió y el corazón de él se disparó. Entonces la puso en
pie y la agarró de la cintura para que no se separase de su cuerpo. Miriam, a
su vez, puso las palmas de las manos sobre el torso de Dani y descubrió que la
respiración de él era tan rápida como la de ella.
Próximo capítulo el 8 de abril.
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