Los hilos del destino capítulo 11
La
visita al médico había sido emocionante para Dani. Miriam y Juanjo habían
concebido a una niña. Su primo no estaba para verlo, para apoyar y ayudar a
Miriam, pero él sí. La alegría fue tan inmensa como si el bebé fuese suyo. Llevaba
a la futura mamá cogida de la mano. Le gustaba sentir la suavidad de sus dedos,
ya se había acostumbrado y lo hacía de forma natural. Al parecer a ella tampoco
le molestaba que lo hiciera, así que, seguiría tomándola de la mano cada vez
que salían a algún lado.
⸺Quiero
un helado de dulce de leche con sirope de caramelo.
⸺¿Estás
de antojo?
⸺No
seas tonto. Solo he dicho que me apetece.
Miriam
se sintió avergonzada por haber pedido un helado de pronto. No era habitual en
ella pedir cosas y Dani tenía razón, era el embarazo. Sin embargo, no lo
reconocería.
Dani
paró en mitad de la baldosa y la observó. Sus ojos castaños brillaban con el
sol de principios de julio. Se humedecía los labios rosados de forma muy
tentadora.
⸺Vamos
⸺dijo él dando media vuelta alejándose del parking donde tenían el coche.
⸺¿Adónde?
⸺A
por ese helado.
⸺No
hace falta, no soy una niña caprichosa.
⸺Lo
veo en tu cara, te mueres por ese helado.
⸺Bueno
sí, pero…
⸺Ya
sé que no eres caprichosa, es esa niñita que llevas dentro.
Ella
sonrió pensando en su bebé y en cómo Dani hablaba de él. Se veía tan emocionado
como ella. Y la cuidaba con tanto ahínco que no podía sentirse más afortunada
dentro de su desgracia. Dani era un hombre maravilloso, no tenía nada que ver
con ese otro que parecía molestarle estar cerca de ella. ¿Sería solo por
obligación?, se preguntó de pronto.
Se
sentaron en una de las mesas junto a un cristal con vistas a la avenida. Miriam
se pidió el ansiado helado y Dani solo una horchata.
⸺Hay
algo que quiero preguntarte.
⸺Adelante.
⸺¿Es
una molestia tener que venir conmigo al médico y todo eso?
⸺¡No!
¿Cómo se te ocurre?
⸺Es
que recordé que al principio de conocernos no te caía muy bien.
⸺Eso
no es cierto. Lo que pasa es que me sentía… ⸺Dani no podía confesarle su amor.
¿Y si se asustaba y huía de él?⸺ Me sentía celoso de que mi primo hubiera
encontrado el amor de su vida. Y no quería molestaros.
⸺Nunca
molestabas. Cuando te conocí en la fiesta me caíste muy bien, pero luego te
volviste distante y no sabía por qué. No tenías que sentir celos, estoy segura
de que la chica de tu vida aparecerá cuando menos lo esperes. Yo por el
contrario…
⸺Qué.
⸺Juanjo
era maravilloso, no creo que pueda tener la misma suerte dos veces. Además,
ahora tengo que pensar primero en mi niña.
⸺Estoy
seguro de que los hombres se morirán por ti en cuanto salgas al mercado.
⸺¡Qué
horror! No lo digas así. Yo ya estoy fuera del «mercado», como tú lo has
llamado. Voy a ser madre y además, te tengo a ti.
⸺Sí
⸺susurró⸺, me tienes a mí y tu niña también.
⸺Gracias.
Me alegra saber que no estás conmigo por obligación. Si en algún momento no
deseas o no te apetece algo de lo que te pida, no te cortes y dímelo.
⸺Te
prometo que no haré nada que no quiera, puedes estar segura.
⸺Cómo
me tranquiliza oírte decir eso.
Miriam
alargó la mano por encima de la mesa y Dani se la tomó. A ella le gustaba la
forma tan natural en la que él se la cogía. Se sentía grande, fuerte y cálida.
Era un consuelo.
⸺¿Qué
nombre le vas a poner? ⸺preguntó él.
⸺No
tengo ni idea. ¿Me ayudas a hacer una lista? Podemos mostrársela a tu tía para
que participe.
⸺La
harás muy feliz.
⸺Esta
niña nos traerá mucha alegría a todos.
⸺La
niña y tú también.
Miriam
volvió a sentirse avergonzada. Dani podía ser tan cercano, tanto como solía
serlo Juanjo. Aquel pensamiento la asustó y, con cierto disimulo, soltó la mano
de Dani y empezó a meterse cucharadas de helado en la boca.
Próximo capítulo el 31 de marzo.
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